Por José E. Bartolomei Torres
Periodista de Deportes
jose.bartolomei@gfrmedia.com
Cientos de personas, incluidos familiares, allegados y fanáticos, llegaron el domingo hasta el Coliseo Roger Mendoza, de Caguas, para darle un último adiós a la fenecida jugadora de la Selección Nacional.
Caguas - Diez días después de su repentina muerte en Turquía, donde se alistaba a jugar como refuerzo del club Belediyespor, la comunidad del voleibol puertorriqueño se reunió este domingo en el Coliseo Roger Mendoza, de Caguas, para despedirse de la integrante de la Selección Nacional Pilar Marie Victoriá López.
La atacante cagüeña fue encontrada sin vida en su habitación —el pasado 29 de agosto— tras no reportarse a un entrenamiento de su equipo. Un informe preliminar de autopsia reveló en días recientes que Victoriá, de 28 años, falleció por causas naturales.
“Nosotras estuvimos con ella el día antes de que se fuera a Turquía. Fuimos a comer y estaba clara y determinada en lo que quería”, dijo a El Nuevo Día la central Paola Rojas, acompañada de la colocadora Wilmarie Rivera.
“Ella era una persona que, cuando quería algo, iba por eso y no le importaba el obstáculo. Ella estaba ‘ready’ para matar esa liga”, agregó la medio quien, junto a Rivera, aparte de coincidir con Victoriá en el sexteto boricua, también lo hizo en Francia con el conjunto Volley-Ball Club Chamalieres.
“Ella llegó hasta donde quería llegar... Jugar en Francia, Turquía e Italia. Todas esas ligas ‘top’. Victoriá siempre fue bien determinada, sin miedo al éxito”, añadió por su parte Rivera.
Las puertas del Roger Mendoza abrieron el domingo a partir de las 12:00 p.m. hasta las 8:00 p.m.
Al ritmo de canciones como “Mi niña bonita” de Vicente Fernández y “La cuna blanca” de Raphy Leavitt y La Selecta, cientos de personas, incluidos familiares, allegados, fanáticos y leyendas del deporte dijeron presente en las honras fúnebres de Victoriá, que incluyeron múltiples guardias de honor por determinados espacios de tiempo.
“Pilar siempre fue una mujer humilde con una sonrisa increíble”, destacó por su lado la acomodadora Natalia Valentín. “Siempre positiva, bailando... Un ser especial. Lo sabíamos siempre, pero en estos momentos, como podemos ver, trasciende la palabra especial. Su legado vivirá por siempre entre nosotros”, sostuvo.
A eso de las 3:00 p.m., varios inmortales del Pabellón de la Fama del Deporte Cagüeño se detuvieron justo al lado del ataúd, que se mantuvo todo el tiempo cerrado, para rendir tributo a Victoriá, quien será exaltada póstumamente a dicho Salón.
Dos horas después, tenían turnos para decir unas palabras la presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur), Sara Rosario, al igual que el presidente de la Federación Puertorriqueña de Voleibol (FPV), César Trabanco.
También el alcalde de Caguas, William Miranda Torres; y Renato González, primer coach de Victoriá en el Colegio Católico Notre Dame, de Caguas.
“Aquí está toda la familia del voleibol completo. Jugadoras de la Selección, del torneo superior, otras que estuvieron en la Selección... Otras que viajaron de Estados Unidos, incluso nuestras como (Natalia) Valentín y Paulina Prieto. Ese 29 de agosto nunca lo olvidaré”, dijo Trabanco, con la voz quebrantada, en un aparte con la prensa.
“Es la noticia que nunca quisieras dar. Si tu padre muere, tú eres huérfano. Cuando un hijo muere, ese palabra no existe. Ha sido bien fuerte. Se ha unido un pueblo en apoyo”, indicó el galeno ponceño.
El sepelio de Victoriá será el lunes a las 11:00 a.m. en el Cementerio Borinquen Memorial.
“Estamos bien agradecidos. El pueblo nos ha dado la fuerza para estar firmes. Ella es nuestra ‘MVP’. Sabíamos que era importante, pero esto nos confirma lo querida y amada que era por todos. Confiando en Dios que nos dará fortaleza. Es un proceso duro”, manifestó en tanto la portavoz de la familia, Lilliana Martínez.
Unas horas más tarde, la madre de Victoriá, Pilar Eladys López, expresó sus primeras palabras desde la muerte de la voleibolista.
“Solo me resta agradecerte por haberme dejado ser tu mamá, tu guía. Te amo y te extrañaré por siempre, mi muñeca hermosa”, declaró entre lágrimas
Luego de ganar cuatro premios de Jugadora Más Valiosa e igual número de campeonatos con Notre Dame a nivel escolar, Victoriá jugó con las Longhorns de Texas y Razorbacks de Arkansas en el voleibol colegial de NCAA.
La joven atacante, que se desempeñaba en la posición de esquina, se convirtió en voleibolista profesional en 2017 con el equipo Giovova Baronissi de la Serie A-2 italiana. Luego estampó su firma con Béziers Volley de la primera división francesa en 2018-19.
Luego, dio el salto a Hungría, con Fatum Nyíregyháza, para retornar nuevamente al voleibol francés, esta vez con el Volley-Ball Club Chamalieres por dos campañas (de 2020 a 2022).
Tras su par de campañas con el equipo francés, Victoriá retornó a Francia con su antiguo club Béziers Volley. Finalmente, se alistaba para defender el dorsal de Belediyespor en Turquía, antes de su repentino fallecimiento. En la Liga de Voleibol Superior Femenino de Puerto Rico (LVSF), la cagüeña ganó el campeonato con las Criollas de Caguas en 2019.
“Tal vez el cielo necesitaba una esquina”, señaló (Renato) González, director atlético de Notre Dame y otrora entrenador de Victoriá.
“Siempre estaba a dispuesta a trabajar de chiquita. Sabía escuchar. Pilar era de las personas que jugaba bonito... Como una bailarina en un concierto, pero desplazándose en la cancha. Su fineza en el juego... Más importante, su don de nobleza. Siempre estaba ahí para sus compañeras de equipo”, sentenció González.
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